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¿Es la economía circular una forma de salvar al planeta?

Mientras en Glasglow, Escocia, se discuten nuevas acciones contra el cambio climático, se sugiere aplicar un modelo efectivo para recuperar, reciclar y reutilizar los desechos orgánicos e inorgánicos que producimos cada día, uno de los factores que contamina el entorno. En Europa, la economía circular ayudó en la creación de empleos, nuevos negocios, nuevos modelos empresariales y nuevos mercados.

(#RadarEnergetico).- Más del 50% de los residuos mundiales provienen de materia orgánica, es decir de los desechos alimenticios. Cerca del 40% son residuos sólidos que bien podrían entrar en una cadena circular de reciclaje y volver a ser utilizados evitando extraer nueva materia prima. Sin embargo, la composición de los porcentajes varía considerablemente según el nivel de ingresos de sus habitantes y se hace muy marcada dependiendo la región que se analice.

Así lo expone el informe ‘Economía circular en América Latina y el Caribe, Oportunidad para una recuperación transformadora’ de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), un órgano de las Naciones Unidas.

En el documento de 110 páginas publicado recientemente, se destaca que la generación de residuos sólidos domiciliarios por persona de la región está en torno a 1 kilogramo por día, cifra menor a las de los países desarrollados pero mayor que el promedio mundial.

Sin embargo -dice el informe- las tasas de reciclaje en los países de la región “son muy bajas y centradas en pocos productos (papel y cartón, chatarra, algunos plásticos y vidrio). Además, existe un déficit de infraestructura para la gestión de residuos”.

El punto es, qué se está haciendo para que los residuos reciclables puedan seguir ese proceso y seguir teniendo vida.

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BASURA. La pandemia de COVID-19 ha traído al entorno un nuevo elemento contaminante.

A nivel internacional, diversos países ya han puesto en marcha acciones en materia de economía circular que, dadas las interconexiones de la economía mundial, tendrán repercusiones en la región latinoamericana.

En Bolivia “el 26% de la basura son residuos sólidos reciclables, el 50% es orgánico que también se podría reciclar, y el resto son residuos peligrosos como los de los hospitales”, dice Heiver Andrade, director de la Fundación Amigos de la Responsabilidad Social Empresarial (AMIGARSE), quien además identifica algunas trabas para que la economía circular y el reciclaje en particular despeguen.

Por una parte el contexto político que vive Bolivia perjudica mucho. Por otro lado, es obviamente falta de conocimiento y cultura sobre este tema”, dice.

En ese marco –dice Andrade a Radar Energético– “yo rescato las 3 C de las que hablábamos mucho cuando tratábamos los temas de Responsabilidad Social Empresarial. Este proceso viene por convicción, por competitividad o por coerción”, receta.

Según el documento de CEPAL, uno de los problemas es que la infraestructura necesaria para la gestión, el aprovechamiento y la disposición final de los residuos no crecen a la misma velocidad de la generación de residuos.

“Menos del 70% del total de los residuos recolectados en la región se deposita en rellenos sanitarios y más del 20% tiene como destino vertederos abiertos”, dice el informe.

MODELO EUROPEO

Europa ha adoptado en 2015, un programa de economía circular con el propósito de convertirse en una economía eficiente en recursos y baja en carbono. El programa incluye propuestas legislativas sobre residuos y un plan de acción detallado con medidas para todo el ciclo de los materiales: desde la producción y el consumo hasta la gestión de residuos y el mercado de materias primas secundarias. Estas acciones contribuirán a “cerrar el ciclo de vida” de los productos mediante un aumento del reciclaje y la reutilización, con beneficios para el medio ambiente y la economía.

Según el documento de CEPAL, la economía circular ha ayudado a la Unión Europea en la creación de empleo, ha abierto nuevas oportunidades de negocio, “impulsado nuevos modelos empresariales y desarrollado nuevos mercados”.

“En la Unión Europea, la generación de empleo bajo un escenario de economía circular ambicioso podría llegar a 700.000 empleos adicionales netos en 2030”, retrata. Si bien los efectos netos en el empleo serían positivos a nivel general, resultarían particularmente positivos para los sectores de reciclaje y de reparaciones.

En ese marco, Heiver Andrade, de AMIGARSE dice que “el futuro debe ser circular o no habrá futuro”.

Los vientos de cambio que vienen de todas partes nos hacen pensar que es urgente aplicar este modelo. Puedo asegurar que en los próximos dos años o más todas las empresas van a comenzar a ser circulares y nada raro que se aplique una política pública que catalice el proceso”, pronostica.

Las potencialidades son muchas y el generar un esquema que cumpla de manera eficiente con el circuito de la reutilización es el gran desafío.

REFLEXIONES Y CONSIDERACIONES DE UNA LECTURA OBLIGADA

Por Heiver Andrade, director de la Fundación AMIGARSE

El documento “Economía Circular en América Latina y el Caribe, oportunidades para una recuperación transformadora”, contiene información relevante que va desde la transición del modelo, los desafíos de la gestión de los residuos sólidos municipales y la normativa existente, hasta las oportunidades que representa su implementación en cada uno de los países, considerando las nuevas políticas públicas que se hacen necesarias para catalizar el proceso.

Algunos datos que llaman la atención y contribuyen a la reflexión son:

  • En América Latina y el Caribe se recicla el 4% de los residuos sólidos urbanos, frente a un 20%, en promedio, en los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
  • La generación promedio de residuos varía sustancialmente de un país a otro, inclusive de un departamento a otro, dentro de un país. Por ejemplo, Canadá y Estados Unidos rondan los 2,2 kilogramos per cápita día. En contraste, la menor cantidad se concentra en África Subsahariana (0,46 por día). En santa Cruz estamos cerca de 1 kg per cápita día.
  • Los recicladores de base ofrecen un servicio indispensable para los ciudadanos y las empresas, que no adecuadamente recompensado. Separan entre el 15% y el 20% de los materiales reciclables de las ciudades de países en desarrollo, lo que reduce la presión en los rellenos sanitarios.
  • En promedio, más del 50% del total de los residuos per cápita generados en la región son de origen orgánico y provienen de alimentos y de poda y jardín. Algunos países llega al 70%.
  • En el caso de Europa, la economía circular ayudó en la creación de empleos, nuevos negocios, nuevos modelos empresariales y nuevos mercados.
  • Escalar la economía circular en Europa ofrecería oportunidades de inversión de un valor aproximado de 320.000 millones de euros en 2025, en acciones concentradas en 10 áreas que significarían la generación de un 7% del crecimiento adicional del PIB, reducción del consumo de materia prima de un 10% adicional y bajar el CO2 en un 17%.
  • El plástico se usa como material desechable y más del 75% de todo el plástico producido se convierte en desperdicio. En 2015, este residuo alcanzó entre 60 a 99 millones de toneladas, sin una adecuada gestión. En 2060 podría triplicarse.

Es obvio que la economía circular en América Latina y el Caribe ofrece una oportunidad de desarrollo, tanto por creación de nuevas actividades económicas vinculadas con la provisión de bienes y servicios ambientales, como la transformación de las actividades económicas que ya existen para aumentar su eficiencia material y reducir su impacto ambiental.