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ENTREVISTA A CARLOS MIRANDA: “El gran mercado es Brasil y no hay que abandonarlo”

Con la colaboración del periodista Higinio Flores.
(RE).- Es uno de los hombres que mayor influencia tuvo en el sector petrolero boliviano en los últimos entre 1970 e inicios de los 2000. Fue Superintendente de hidrocarburos, Secretario Nacional de Hidrocarburos, Ministro de Energía de Hidrocarburos, Ministro de Planeación y Coordinación, primer Secretario Ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), trabajó en YPFB en diferentes cargos, desde ingeniero de campo hasta Gerente de Explotación. Es autor de innumerables artículos para la prensa nacional e internacional, autor de varios libros especializados, fue docente universitario y es uno de los más reconocidos analistas en el sector hidrocarburos. Representó a Bolivia en diferentes foros internacionales y fue presidente del Comité Boliviano del Consejo Mundial de Energía.
Es Ingeniero Químico e Ingeniero Petrolero, con Postgrado en Petroquímica en Saint Catherine Collegue, Oxford University, Inglaterra y graduado con B.S. en Ingeniería Química, con postgrado en Ingeniería de Petróleos de Stanford University, California, Estados Unidos.
Ahora retirado de la actividad profesional, aún escribe sus columnas periódicas para la prensa nacional en las que esboza sus ideas críticas acerca del contexto energético.
En su domicilio en La Paz, rodeado de obsequios y reconocimientos, hace unas semanas recibió a Radar Energético para hablar de la realidad, del contexto energético, de los problemas y de las cosas que hay que cambiar.  “El poco gas que nos queda lo vamos a necesitar para nosotros mismos”, dice al sugerir reducir las exportaciones.
Al mirar la escasez de inversiones de riesgo en exploración dice que “hay que cambiar totalmente la ley de hidrocarburos” para cambiar la realidad. En su agudo análisis, pone el dedo en los temas que más preocupan.
Recibió la condecoración Marcelo Quiroga Santa Cruz, la más alta distinción del Congreso de Bolivia, por su aporte al país.
Quienes le conocen aseguran que fue una persona de carácter fuerte, decidido y metódico. Y como profesional contribuyó al desarrollo de la industria petrolera boliviana proyectando a Bolivia en el contexto internacional. Fue un visionario y adelantado a su tiempo.
PARTE 1

REFORMAS DE LOS AÑOS 90´s

Estuvo presente en casi todos los momentos del sector hidrocarburos desde la década de los 60´s. Su visión amplia de lo que pasó en todas estas décadas, además de su fuerte carácter y determinación, le permiten tener la película clara.

Reflexiona que lo mejor que pasó para el país fue la exportación de gas a Brasil y todo el contexto que permitió hacer realidad ese proyecto, y dentro de ello, su aporte personal.

“Lo más importante para la industria ha sido el abrir el país a la inversión extranjera, cosa que vengan otras empresas a trabajar con YPFB y crear esa gran oportunidad que ha tenido el país desde el año 2000 hasta el 2016 que fue el auge más grande que hemos tenido. La industria del gas ha vendido más o menos $us 70.000 millones, no ha habido nunca una industria que haya logrado eso”, grafica.

Buscando las razones del éxito, Miranda recuerda que eso “fue fruto de la ley de hidrocarburos de entonces (#1689), de YPFB y de la gente que trabajó, y además, de la Capitalización que atrajo mucho a las compañías”. “Si no hubiera habido la Capitalización, tendríamos una industria a medias y de ninguna manera hubiéramos logrado lo que logramos hasta el momento”, dice con meridiana claridad.

“Sin Capitalización y sin esa ley no hubiera sido posible el proyecto de exportación de gas natural a Brasil y, Brasil es el mejor mercado de gas en Latinoamérica”, asegura el analista al dimensionar el contexto.

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AUTORIDAD. Miranda fue varias veces autoridad sectorial en diferentes cargos y ejecutivo de YPFB.

REALIDAD SECTORIAL

“Estamos muy mal, eso es muy triste”, dice cuando toca analizar la coyuntura, y sobre todo en el contexto de haber desaprovechado tantos ingresos que generó la bonanza gasífera.

“Este país creció ‘que da miedo’ con los hidrocarburos durante 14 años, pero de repente se ha desinflado. El gas era lo más importante para el país, era dinero para soportar el Tesoro General, eran recursos para importar gasolina y diésel, era para soportar la administración de municipios, universidades y demás. Todo ese dinero está desapareciendo. Estamos en una situación muy fea”, afirma sin ambages.

Uno de los aspectos deficientes en los últimos años ha sido el tema de las reservas de gas natural, las cuales no han tenido un comportamiento creciente debido a la poca exploración acompañada del poco éxito de los pozos perforados.

“En cuestión de reservas estamos mal. Por 15 años no hemos aumentado reservas y eso se ha ido achicando y achicando a tal punto que si no se descubre algo importante y no se desarrolla en los próximos 5 años, la industria petrolera boliviana sería un fracaso”, afirma.

Sin embargo, no deja de lado la esperanza, el optimismo siempre necesario para un ingeniero que conoce la industria en todos sus eslabones. En ese marco, dice que Bolivia tiene cinco zonas de interés petrolero, “una de ellas se ha agotado, las otras no se las ha tocado, pero para ello se necesita dinero y Bolivia no es atractiva para atraer inversiones”, matiza.

“Personalmente creo que el próximo paso debería ser buscar (explorar) los depósitos del Chaco. En mis tiempos esos eran pozos de 3000 a 4000 metros, hoy con las técnicas modernas eso no es problema. Luego hay que seguir por el norte (La Paz y Pando), y noroeste de Cochabamba”, aconseja.

MERCADOS

Ya lo había dicho al principio, Brasil es el mejor mercado. Al apuntar su análisis al respecto tiene pocas palabras, pero contundentes para contextualizar su importancia.

“Yo creo que el gran mercado es Brasil y no hay que abandonarlo. Brasil es tremendamente importante para nosotros y debemos cuidarlo hasta lo último, el resto es secundario”, asevera.

PRECIOS

Cuando se firmó el contrato Gas Supply Agreement (GSA) de compraventa entre Bolivia y Brasil, la expectativa del precio del gas era 1 dólar por millón de BTU (MMBTU). La virtud de los negociadores bolivianos para llegar a una fórmula que más beneficie al país, hizo que la misma esté indexada a los precios internacionales del petróleo, que a finales de la década de los 90s no superaba los 15 dólares por barril.

Sin embargo, a partir del año 2000, cuando se iniciaba la exportación, el precio no dejó de crecer hasta llegar a más de 130 dólares y mantenerse arriba de los 100 dólares durante varios años. Bolivia pasó de recibir 1 dólar a más de 13 dólares en promedio anual.

¿Por qué?, Miranda responde en términos sencillos. “El precio del gas está ligado al precio del petróleo. Si el precio del petróleo sube el precio de gas sube, ahí estamos atados, pero no podríamos estar (mejor). La relación gas-petróleo es muy buena para nosotros”, rememora.

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