DestacadaHidrocarburosTendencias

¿Estamos en puertas de una crisis energética mundial?

Analistas coinciden en que los momentos actuales se parecen bastante a la crisis del petróleo de la década de los 70´s que terminó arrastrando a la economía a un proceso inflacionario y recesivo. Sin embargo, no hay consenso sobre un escenario catastrófico.

(#RadarEnergetico).- En el último año los precios del gas natural se han disparado en Europa en más del 500%, en Estados Unidos la gasolina ha subido 50%. En Asía el GNL nunca costó tanto y en diferentes sitios de Europa varias plantas químicas que dependen de hidrocarburos han tenido que cerrar temporalmente.

En Estados Unidos este año se ha producido 20% más de carbón respecto al año pasado.

A raíz de varios apagones en diferentes provincias Chinas, el gobierno de este país ha instruido producir todo el carbón que se pueda.

Todo esto está ocurriendo al mismo tiempo, en medio de una crisis logística de suministros, la llamada crisis de los contenedores y en medio de la Transición Energética.

Todos los cambios sustanciales en la historia vienen acompañados de crisis y esta no parece ser la excepción.

El mundo camina hacia un proceso de cambio de matriz energética, pero los sustitutos de los combustibles fósiles son aún insuficientes, muy insuficientes para reemplazar la demanda global.

Según datos del prestigioso informe anual BP Statistical Review of World Energy 2019, el 85% de la energía producida en el mundo proviene de fuentes fósiles; petróleo, carbón y gas natural. A pesar de que las renovables, eólica y solar principalmente, fueron las que más crecieron y lo siguen haciendo, apenas representan el 4% del mix global.

Se estima que se necesitaría un aumento del 2,500% en la producción y despliegue para que estas reemplacen a los combustibles fósiles, lo que no sucederá pronto.

f
IMPARABLE. El precio del gas para la electricidad en Europa no se detiene.

¿POR QUÉ ESTÁ PASANDO ESTO?

“La explicación más simple es que la demanda de energía supera en la actualidad a la oferta, lo que hace que los precios suban. Las razones de este desajuste son muchas —entre ellas el clima extremo e impredecible, así como las malas decisiones gubernamentales sobre almacenamiento, reservas y líneas de transmisión—, pero hay una causa común. Gran parte del mundo ha dejado de invertir en combustibles fósiles (por buenas razones), lo que ha conducido a una menor oferta de su parte. El problema es que todavía no tenemos suficiente energía verde para reemplazar los combustibles fósiles. Con el tiempo lo lograremos, pero no hoy”, analiza, Fareed Zakaria, periodista y columnista del Washington Post en un artículo publicado esta semana.

Zakaria también compara este momento con la década de 70’s cuando la crisis del petróleo prácticamente dejó a los mercados mundiales sin gasolina.

En marzo de 1974, el precio del barril de crudo había aumentado un 500%, de 3 a 19 dólares el barril.

En ese análisis coincide el economista Moisés Martín, citado por Euronews. “Creo que hay un paralelismo importante”, dice y precisa que la principal similitud es que detrás del aumento de precios y la inquietud en ambos casos está el desabastecimiento de una materia prima esencial: “como fue en su momento el petróleo y como ahora lo es el gas natural”.

Zakaria profundiza en el paralelismo. “La humillante retirada de Afganistán hace recordar la derrota de Estados Unidos en Vietnam. Los precios están aumentando y el crecimiento económico se está estancando. En aquel entonces, el poder económico emergente que desafiaba la superioridad estadounidense era Japón; hoy es China”, dice.

Sin embargo, más allá de las comparaciones, actualmente hay hechos concretos en materia de energía que hacen saltar las alarmas en los bolsillos de los consumidores, es decir todos, especialmente en el mundo occidental.

Apagones temporales en algunas ciudades europeas y riesgo de un apagón mayúsculo se ciernen sobre varios países.

Por ejemplo, los austriacos han instruido a sus habitantes a estar preparados para un gran apagón, sin dar muchas explicaciones.  «No se trata de saber si va a pasar, sino cuándo», dijo la ministra de Defensa austriaca Klaudia Tanner.

En el sector energético consideran que solamente podría darse esta situación si Rusia cierra las válvulas de gas que llevan el suministro a Europa.

“Con el carbón prácticamente cerrado, si nos quedamos sin suministro de gas, «algo que es muy complicado», pero podría pasar, dice una fuente relacionada al gas natural citada por el diario 20minutos.es

f
GAS NATURAL. Europa depende del gas ruso.

RECUPERACIÓN AMARGA

En el rebote de las economías luego de levantadas las restricciones por el COVID-19, los mercados compiten por la demanda tras el impacto de la pandemia. Hay competencia por el gas natural en Europa y Asia oriental, con compradores que ahora presionan los precios al alza.

“El fuerte crecimiento de la demanda provocado tras la caída por la crisis del COVID-19 ha generado un demanda muy potente en prácticamente todas las economías de la Unión Europea y en todas las economías desarrolladas”, señala Moisés Martín.

«Nos encontramos en una zona en la que la demanda ha repuntado y, por otro lado, la oferta está más limitada», coincide Thierry Bros, experto en energía y profesor de Sciences Po Paris, citado por Euronews.

Esto puede terminar impactando en un proceso inflacionario más allá de los energéticos. Podría terminar en una inflación global y afectar a la economía en su conjunto.

AMÉRICA LATINA

En este contexto, América Latina tiene realidades variadas. Si bien una crisis energética no es vista como un problema a corto plazo, en algunos casos como Brasil, ante la mayor sequía en 100 años, ha tenido que acudir al gas natural importado por barcos para atender sus necesidades de electricidad a un costo nunca antes visto, encima de los $us 17 por millón de BTU.

Por otro lado, a la región sí está afectando la crisis de los contenedores, haciendo poco competitivos y en muchos casos sacando del marcado a empresas dedicadas a la importación, sobre todo de tecnología, como computadores, celulares, electrodomésticos y autos. En el mejor de los casos lo que ha ocurrido es una cadena inflacionaria que podría arrastrar a más sectores.

f
SEQUÍA. La crisis hídrica en Brasil le ha obligado a comprar GNL caro.

QUÉ HACER

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) dijo que las exportaciones rusas a la UE se redujeron con respecto a sus niveles de 2019 y que «Rusia podría hacer más para aumentar la disponibilidad de gas para Europa y garantizar que el almacenamiento se llene a niveles adecuados en preparación para la próxima temporada de calefacción de invierno».

Eso soluciona en parte el problema de Europa. Sin embargo, mientras en Glasgow, Escocia, se prepara la cumbre COP26 sobre cambio climático, en la que el enfoque es dar fin paulatino a las energías fósiles, el mundo está requiriendo energía que no puede ser atendida por las fuentes verdes.

“Lo que necesitamos es una estrategia de transición. Sin ella, cada vez que haya un impacto en el sistema, nos enfrentaremos a una crisis energética”, recomienda Fareed Zakaria.

Manuel Pulgar Vidal, Líder global de Clima y Energía de la organización ambientalista WWF dice que el proceso comenzado con el Acuerdo de Paris “es irreversible”, que en el camino “va ser difícil, va tener obstáculos, pero que se cumplirá” y que esta situación “es coyuntural”, entrevistado por el canal France24.

Por otro lado, dice que este tema hay que verlo desde el punto de vista de la seguridad energética, en la que se debe mejorar los mecanismos de cooperación para que la emergencia energética no empuje a recurrir a la fuente disponible que en muchos casos es la más contaminante.

Ejemplificando la situación de Alemania, Joquen Homann, presidente de la Agencia Federal de Redes, dice que «todo el sistema eléctrico sufre sobretensión que se agrava con el uso de las energías renovables, pero pronosticar un apagón me parece exagerado», citado por la DW.

Más renovables en el mix energético mundial debe ser parte de la salida, pero eso no ocurrirá tan pronto.

«El problema es que no tendríamos esta situación si en este momento tuviéramos más renovables en el sistema. No es porque queramos eliminar los (combustibles) fósiles demasiado rápido. Es porque la demanda no se ha ajustado a esto», dice Thierry Bros en Sciences Po.

El objetivo —no solo a largo plazo, sino a mediano plazo— debe ser alimentar el mundo con energías renovables.

Sin una estrategia global podríamos estar más lejos de la solución.

¿La cumbre del clima tendrá una respuesta?.