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Europa da marcha atrás: la energía nuclear vuelve al centro del debate energético

Varios países europeos, incluidos Italia, España y Dinamarca, están reevaluando o revocando las prohibiciones a la energía nuclear debido a preocupaciones sobre la seguridad energética y los desafíos de la red con fuentes renovables.

(#RadarEnergetico)_ Europa está adoptando la energía nuclear con renovado interés. La invasión rusa a Ucrania y la crisis energética posterior han impulsado a varios países del continente a reconsiderar su dependencia de fuentes externas y a buscar soluciones más estables y sostenibles, incluso en formas que antes rechazaban. La energía nuclear, libre de carbono, está siendo revaluada como una opción viable.

Italia ha dado pasos firmes hacia la revocación de su prohibición nuclear de 40 años, mientras que España y Dinamarca evalúan medidas similares. Incluso Alemania, uno de los opositores más firmes a esta tecnología, ha acordado no bloquear su inclusión en las políticas energéticas de la Unión Europea, en colaboración con Francia. Este giro ha sido calificado como un “cambio radical de política”.

El renovado interés también responde a los desafíos técnicos y económicos que enfrentan las energías renovables. Apagones recientes, como el que afectó gravemente a España y Portugal, han puesto en evidencia las dificultades de integración de energías como la solar y la eólica, cuyo crecimiento ha sido tan acelerado que desestabiliza, por momentos, las redes eléctricas.

Además, la volatilidad del mercado ha llevado los precios de la electricidad a valores negativos en algunos momentos, lo cual, aunque beneficia a los consumidores, desincentiva la inversión en nuevas capacidades renovables. Frente a este escenario, la energía nuclear podría actuar como un complemento estable.

La apuesta no se centra en las viejas plantas, sino en los pequeños reactores modulares (SMR), más fáciles de instalar y operar. Países sin experiencia reciente en energía nuclear, como Dinamarca, están interesados en explorar esta vía como respaldo, no reemplazo, de las renovables. La transición energética europea, así, podría combinar múltiples fuentes en busca de seguridad, sostenibilidad y eficiencia.