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‘Poquito a poco, con diálogo sincero y con compensaciones’ son recomendaciones de un estudio para quitar los subsidios a los hidrocarburos

Según un estudio, desde 2010 hasta 2022 se habrán gastado en cinco tipos de subsidios a los hidrocarburos $us 32.708 millones.

(#RadarEnergetico).- “Los subsidios a los hidrocarburos no van a durar para siempre, entonces la pregunta no es si vamos a quitarlos sino cómo queremos llegar los bolivianos a ese momento en que se eliminen”, reflexiona Mauricio Medinaceli, economista especializado en el área energética y coautor junto a Marcelo Velázquez Bilbao La Vieja del estudio ‘Precios y subsidios a los hidrocarburos en Bolivia 1986 – 2025’, presentado recientemente.

¿Queremos llegar a la mala, con disparos, con gente muerta u otros problemas, o queremos llegar a ese momento de forma planificada, dialogada y consensuada?, se pregunta Medinaceli en entrevista con Radar Energético.

En ese marco, dice que si bien los subsidios ya llevan más de 15 años, no durarán mucho más “porque el gobierno ya no aguanta”. Las cuentas públicas están en situación crítica con erogaciones directas de $us 1.100 millones este año sin contar otros subsidios indirectos con los que se llega a un monto de $us 4.000 millones en subvenciones.

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SUBSIDIOS. Este año solo en subsidios a la gasolina y el diésel se gastarán más de $us 1.100 millones. En todas las subvenciones más de $us 4.000 millones. Fuente: Precios y subsidios a los hidrocarburos en Bolivia 1986 – 2025.

CUATRO RECOMENDACIONES PARA QUITAR LOS SUBSIDIOS

Haciendo referencia a casos comparados en otros países, descritos en el estudio mencionado, Medinaceli dice que hay al menos cuatro recomendaciones a tomar en cuenta para ir quitando los subsidios a los que considera -económicamente- ‘insostenibles’.

1.- POQUITO A POCO

No se debe quitar de un momento a otro como lo intentó en la Navidad de 2010 el gobierno de Evo Morales.

“Cada mes se debe incrementar 5 centavos, 10 centavos y tomarse unos 2 a 4 años, no de un momento a otro”, dice.

2- CON MUCHO DIALOGO

Explicar a la ciudadanía las razones por las que se irán quitando los subsidios, entrar en un dialogo sincero mutuamente es un camino que puede permitir controlar el riesgo de estallido social al considerarlo innecesario o injusto.

“Se debe hablar con taxistas, con amas de casa y la gente al final lo acepta. En el caso del diésel se debe hablar con el sector agrícola y ello puede dar paso a los biocombustibles” donde ellos mismos pueden ser beneficiados al vender su producto en reemplazo de los hidrocarburos, recomienda el autor.

3- DINERO PARA LOS MÁS POBRES

Dar transferencias de dinero directas a las familias más pobres es una forma de acolchonar el daño que pudiera causar la quita de subsidios al generarse una cadena inflacionaria en el transporte o en los alimentos, por ejemplo.

Medinaceli hace referencia al caso de El Salvador al que considera “muy interesante” ya que cuando quitaron el subsidio en ese país y por lo tanto, el precio de la gasolina sube “a las familias más pobres les dieron una tarjeta de débito. Entonces van al cajero y sacan plata, punto final”, explica.

“Esto tiene un costo, pero es menor que subvencionar a toda la población”, complementa.

4.- OBRAS POR SUBSIDIOS

Una cuarta medida recomendada es decir ‘vamos a quitar el subsidio, el gobierno tiene más dinero y con eso vamos a hacer una clínica, un hospital, etc. y hacerlo’. El cumplir esta promesa, dice Medinaceli, ayuda a que la gente entienda que si bien está pagando más por el litro de gasolina o diésel esto ayuda a concretar obras que benefician a todos.

“Ha funcionado en muchos países y la percepción ha sido muy positiva”, asegura.

Esas cuatro medidas ayudarían a disminuir la presión social que sí habrá por la eliminación de los subsidios.

Para un Estado que recibe cada vez menos ingresos por la venta de gas natural, pero que gasta cada vez más en subvencionar el consumo de combustibles, es claro que las cuentas no cierran. “Es una situación explosiva”, dice el entrevistado.

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