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Analista sugiere que adenda al contrato de gas con Argentina se negocie hasta 2026

Considera que el negociar por periodos cortos es poco serio y no permite previsibilidad a ambos países.

(#RadarEnergetico).- En un periodo de 15 meses, Argentina y Bolivia habrán firmado cuatro ampliaciones al mismo contrato de gas. Rigieron adendas de un año, de dos meses y hasta de un mes porque no pudieron ponerse de acuerdo en los términos para un periodo más largo. La actual vence el 31 de marzo cuando se deberá firmar una nueva.

Esta situación genera incertidumbre y es poco usual en los contratos de gas natural a escala internacional.

“El primer paso que deberíamos pedirle a ambos lados, YPFB (Bolivia) e IEASA (Argentina), es que de una vez negocien el contrato hasta 2026”. “Eso de ampliar el contrato en periodos cortos, creo que no es sano porque ambas son empresas públicas y están sujetas a la crítica y al escrutinio público”, dice Álvaro Ríos, Exministro de hidrocarburos, analista en temas de energía y Socio director de Gas Energy Latin America, en entrevista con Radar Energético.

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En ese contexto -dice el entrevistado- “Bolivia tiene que poner su cartas sobre la mesa diciendo cuánto gas realmente puede entregarle a Argentina hasta 2026, con los campos que tiene descubiertos y desarrollados. YPFB no puede ir a comprometer volúmenes más allá de eso porque luego queda mal parada debido a que incumple y, Argentina necesita programar esa demanda”, acota.

En la adenda que rigió el año pasado, los volúmenes acordados fueron de 14 millones de metros cúbicos (MMmc/d) de gas natural para la época de invierno y 8 millones para el verano, cuyos mínimos YPFB ha tenido dificultades de cumplir en octubre cuando entregó menos de 8, debido a problemas de producción en un pozo del campo Margarita. En la última ampliación que rige del 31 de enero al 31 de marzo del presente, el volumen acordado es de 7,5 MMmc/d.

En ese sentido, Ríos dice que con la entrada del pozo de desarrollo Margarita 10, que produciría 3 MMmc/d “se puede negociar un poco más inicialmente, pero luego habrá una declinación”. “No creo que Bolivia esté en capacidad de entregar más de 10 MMmc/d este año”, dice.

Apunta además, que se debe tomar en cuenta que con la producción limitada y con un mercado interno creciente, con la planta de urea en producción y en los próximos años la planta de El Mutún (siderúrgica en base a gas) todo ello es sinónimo de la necesidad de más volúmenes de gas.

Sugiere que todos esos elementos sean tomados en cuenta para que Argentina haga su planificación de futuras compras y desarrollo de gasoductos y que Bolivia pueda al mismo tiempo tener previsibilidad de las entregas que debe realizar.

“Deben ser serias ambas partes para ponerse de acuerdo en volúmenes en función de lo que tiene Bolivia, no de lo que no tiene”, enfatiza.

En ese marco, dice que “solamente se puede negociar sobre reservas probadas que están desarrolladas. No se negocia sobre lo que tal vez vaya a descubrir o de repente pueda desarrollar reservas probables. Es como decir, ‘te alquilo mi casa’, pero para eso la casa tiene que estar disponible. Hay que negociar sobre lo que hay”, finaliza.