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Qué dificulta la negociación de la adenda de gas entre Bolivia y Argentina

“Dos empresas privadas ya hubieran resuelto este tema”, dice Álvaro Ríos.

(#RadarEnergetico).- El 16 de octubre de 2006, las empresas petroleras estatales de Argentina y Bolivia, Enarsa (hoy IEASA) y YPFB, y firmaban un contrato de compraventa de gas natural con vigencia de 20 años con un volumen inicial de 7,7 millones de metros cúbicos diarios (MMmcd) para 2007, incrementando hasta 16 MMmcd para los años 2008-2009 y finalmente 27,7 MMmcd para el periodo 2010-2026.

Poco tiempo pasó para que caer en cuenta que esos volúmenes, los superiores, no podían ser cumplidos. Ya en mayo de 2010 se debió apelar a una primera adenda para adecuar los envíos a las posibilidades de producción de Bolivia.

En 2014 se firma la segunda adenda que modifica uno de los componentes de la fórmula de precios. En 2015 se establece la tercera adenda, en la que se agrega garantías de pagos para YPFB, debido a incumplimiento por parte Argentina.

En 2019 se firma la cuarta adenda donde se ajusta los volúmenes de entrega, estableciendo para el verano 11 MMmcd y para el invierno 16 MMmcd.

En diciembre de 2020, se acuerda la quinta adenda con vigencia de un año. Los volúmenes se ajustaron nuevamente para entregar 10 MMmcd en verano y 14 MMmcd en invierno.

En diciembre de 2021, debió firmarse una nueva adenda por el mismo periodo. Sin embargo, no fue posible llegar a un acuerdo y alcanzaron un acuerdo temporal de un mes manteniendo las mismas condiciones.

En enero de 2022, tampoco fue posible pactar un acuerdo amplio y se prorroga por dos meses por un volumen de 7,5 MMmcd para febrero y marzo.

Al llegar marzo de 2022, precio y volumen siguen siendo los temas que traban un acuerdo de plazo más amplio. El principal problema es que Bolivia no tiene capacidad suficiente para atender las necesidades de Argentina en el periodo de invierno, época de alta demanda.

Mientras las negociaciones siguen su curso, el exministro de hidrocarburos y analista en temas energéticos, Álvaro Ríos, recomienda pactar una adenda para los próximos 5 años hasta 2026 y no hacerlo “de año en año o de mes en mes”, debido a que “es poco serio, poco práctico y no permite previsión” en ambos lados de la frontera.

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LOS TEMAS DE FONDO

“Un tema es cuánto gas le puede dar Bolivia hasta 2026 para que Argentina haga su planificación en base a eso”, dice Ríos.

“El segundo tema viene vinculado al precio. Ya en pasadas adendas se había establecido que el precio de invierno se lo podía vincular a los precios del GNL (precios internacionales del gas por barco). Entonces, esto es una cosa de mercado. Me parece que Bolivia debe apostar a que en los periodos de invierno le pueda otorgar un descuento versus el precio del GNL que vaya a importar Argentina. Y los precios de verano dejarlos vinculados al fuel oil tal cual está establecido en la fórmula original”, sugiere el analista.

En ese sentido, el precio del gas que pagaría Argentina debería subir considerablemente, pero sería una formula justa anclada al precio de mercado

“En ese caso el precio debería subir significativamente. Y si mañana (Vladimir) Putin decide sacar su bandera blanca y llama a la paz mundial, bueno el precio disminuirá, pero ese será el precio del mercado. Eso es lo importante, que el mercado marque el precio por lo menos en la época de invierno”, dice Ríos.